miércoles, 7 de noviembre de 2012

Hablando con Pere Tobaruela: "Yo soy Dios y otros cuentos" y "Na cerna da selva"

"Yo soy Dios y otros relatos"





Estos cuentos tienen una diferencia fundamental con los cuentos tradicionales, son cuentos a partir de la visión de la vida de los niños, pero para adultos. Cuentos que nos ayudan a volver a ilusionarnos, a imaginar, a soñar, ... Pero también nos advierten de los problemas de los niños, problemas que el mundo adulto no sabe ver, ni solucionar. En este sentido, Pere Tobaruela ha sabido transmitir como olvidamos nuestros sentimientos de niños al crecer, como no sabemos identificarnos con ellos cuando todos hemos pasado esa etapa de nuestra vida, obviamente. Nos encontramos con niños brillantes y maduros, por ejemplo, en "Una canción", una niña escribe un artículo a partir de la que hace unos años fue una canción muy escuchada, campeona del Festival de Eurovisión Junior, y, con un estilo mordaz, hace una crítica sobre ella y con esta excusa, también de la sociedad actual. En "Pasó en África", vemos la mirada concienciada y crítica de un niño, que a través de una entrevista realizada en su instituto a un escritor y periodista, conoce el genocidio ruandés, con todos los sentimientos que este hecho remueve dentro de él. Asistimos también al racismo presente en "Moro sin nombre", escalofriante historia contada desde el punto de vista de un niño marroquí, residente en un centro de acogida en España. El acoso escolar, en ¡Dale fuerte!. Las dificultades de conciliación laboral con la vida familiar, en "El padre de Pedro", la aceptación de la homosexualidad en "Una serie de acontecimientos", la frustración de las limitaciones físicas para cumplir un sueño en "Me gusta el teatro", el enfrentamiento a la muerte de un ser querido en "La chica". Y la magia e ilusión transmitida en "Yo soy Dios" e "Ilusión".


"Na cerna da selva"


Esta historia, clasificada en principio como una novela infantil-juvenil, nos envuelve en una aventura ambientada en África, trepidante, peligrosa y dolorosa. Nos introduce en el interior, en lo más profundo, en el corazón de la selva inexplorada, el África más oculta, primigenia, esa África a la que preferimos cerrar los ojos. El África moldeada a partir de las continuas injusticias, de la explotación imperialista,... el de las diferencias étnicas, la corrupción, la barbarie.

A partir de la historia de Xiao, un chico de de dieciséis años que gana un concurso del zoo de Barcelona sobre jabalíes y cuyo premio es un viaje a Ruanda al campamento de la célebre Dian Fossey, en el que investiga las costumbres de los gorilas de montaña. Para empaparse de África, su madre le regala la novela "El corazón de las tinieblas" de Joseph Conrand, y esto le va introduciendo en la crueldad y el  horror que va a vivir.
Es una novela de contrastes, desde la belleza salvaje de los paisajes que se nos describe, a la violencia que late en toda la historia. La violencia de la masacre entre hutus y tutsis, la de la caza furtiva a los gorilas y la que desemboca en la muerte de Dian Fossey. En medio de esto, una etnia olvidada, arrinconada en las profundidades de la selva, los pigmeos, que aquí representan la esperanza y la salvación.


Hablando con Pere





Tengo el placer y el honor de poder comentar estas dos novelas con su autor, Pere Tobaruela, así podré satisfacer mi curiosidad y daros a conocer un poco la visión del propio escritor.

-"Yo soy Dios y otros cuentos", escrita originalmente con otro título "Con ollos de neno" (Con ojos de niño) y publicada en papel en el año 2007 por la editorial Biblos, es ahora editada en formato ebook, por la editorial Redelibros, y que se puede conseguir en su versión en castellano y en gallego, tanto en la tienda de esta editorial, como en la página de Amazon. Estos cuentos,  son además  tu proceso de aprendizaje del gallego. ¿Tienen por esto un valor sentimental especial para ti? 

Cuando escribes, toda obra siempre tiene un valor sentimental. Escribir es exponerte, en el sentido de abrirte y de decir lo que piensas. Esta obra en concreto, como dices, tiene ese añadido, el estar vinculada con el aprendizaje de una nueva lengua, con todo lo que esto comporta: descubrimiento de una cultura en su plenitud.

-¿De dónde partió esta idea original de mostrarnos a los adultos el mundo a través de los ojos de un niño?

Creo que la respuesta está en la pregunta que formulas: la idea de partida era mostrar el mundo adulterado (así llamo yo al mundo de los adultos) a través de la mirada sincera de los niños.

-Ha tenido que ser muy complicado el proceso de regresión, ¿qué ha significado para ti conectar con tu niño interior?
Cualquier texto al que te enfrentas, más que regresión, es una mutación. Para transmitir sensaciones, sentimientos, vivencias, es necesario mutar: el escritor tiene que dejar de ser él mismo y vivir, respirar, sentir como los personajes que aparecen en cada una de sus obras… Yo soy cada uno de los personajes de estos cuentos, aprendí su papel, lo interioricé y, finalmente, lo interpreté.  

-En cierto modo, supongo que los temas sobre los que hablas en libro son temas, que de algún modo te tocan, ¿qué podrías contarnos de cada uno de ellos?

Esta obra, en su conjunto, es mi manera de expresar mi gran desacuerdo con el mundo en que vivimos. Padecemos cáncer y no lo queremos ver. Mis personajes son altavoces de papel. Sus voces son gritos apagados. Tenemos que cambiar ya. Ya nos queda poco de humanos. El egoísmo, la hipocresía, la falta de sentimiento nos hacen ir a la deriva…

-¿Es casual que el libro comience y termine con las historias más llenas de magia y fantasía, las más ligeras, si se puede expresar así, dejando para el núcleo las historias con un mensaje más duro enterrado en ellas?

No fue nada premeditado… Aunque se trata de una serie de cuentos, en su organización, más que por esto que comentas, me regí por darle un “orden lógico”, un hilo invisible que guiara al lector… Para mí, lo más importante en cualquier tipo de obra es precisamente esto: esa estructura invisible, esa organización de las ideas, que capta y mantiene la atención del lector hasta el final.

-Al final del libro, hay una frase muy hermosa, de la que no recuerdas el autor "Cuando miras a un niño te das cuenta de que lo único que vale la pena de la vida, es vivirla", de alguna forma resume una filosofía de ver la vida muy vital, cuando comenzamos a crecer, los problemas establecen trabas en la vida, nos cargamos la espalda con obligaciones y nos olvidamos de vivir. ¿Crees que la sociedad actual es compatible con intentar vivir la vida con la "despreocupación de un niño"?

Hoy en día eso es imposible, pero me niego a aceptarlo. Este final no es otra cosa que una muestra de mi carácter vitalista y optimista… Ya sé que lo que digo puede parecer contradictorio, pero a veces en la propia contradicción se puede encontrar la solución.

-Hay un punto de unión entre "Yo soy Dios y otros cuentos" y "Na cerna da selva", que sería el cuento "Pasó en África", un tema complicado sobre el que no se ha escrito prácticamente nada. Creo que tu interés por este tema nació cuando escribiste la biografía de Jordi Sabater Pi, en el libro escrito para National Greographic, junto con Joan Tort, "Okorobikó. Una biografía de Jordi Sabater Pi", conocido por ser el descubridor de Copito de Nieve, el mítico gorila albino del zoo de Barcelona. ¿Qué nos puedes contar sobre esta experiencia y qué tocó dentro de ti?

Me tocó en todos los sentidos. Para empezar me dio mimbres para construir mi carrera de escritor, me enseñó que un trabajo intelectual (como es escribir) es una carrera de fondo en la que tienes que medir constantemente tus fuerzas y no precipitarte. Pasé cuatro años de dedicación completa para apenas 250 páginas. Entrevistas, redacción, más entrevistas… Vaciar por dentro a un personaje de la categoría del ya fallecido Jordi Sabater Pi fue un trabajo arduo pero a la vez apasionante. Un trabajo que me abrió una herida terrible al ver (a través de sus ojos) la cruda realidad que se vive en el continente africano. Eso es lo que intento fotografiar en “Pasó en África” de “Yo soy Dios y otros cuentos” y en “Na cerna da selva”. 

-Después de leer "Na cerna da selva", te pregunté si habías estado en África, las descripciones, las sensaciones que transmites son muy vívidas. Ahora sé que no has estado nunca en África y me parece mucho más meritorio el sentimiento que has sabido plasmar, ¿cómo has llegado a visualizar, a sentir África?

Efectivamente, nunca he estado en la África que describo en el libro, la parte central. José Luis Sampedro tampoco estuvo nunca en Milán y escribió “La sonrisa etrusca” ambientada en esta ciudad italiana. Marcos Calveiro escribió su “Settecento” sin pisar Venecia y, como en el caso de Sampedro, hace descripciones casi milimétricas de este mundo de agua e historia. En mi caso, para describir esa parte de África en la que transcurre “Na cerna da selva”, utilicé las vivencias y las miradas de gente que sí estuvo allí: el citado Jordi Sabater Pi y un amigo personal (reconvertido en personaje en la novela) que trabajó de periodista en el continente africano. Lo único que hice fue trasladar sus experiencias al papel e “inventar” el mundo en el que transcurre la novela.

-Este libro ha sido calificado como infantil-juvenil, sin embargo cuando lo lees sientes que con cualquier edad puedes sentirte identificado con lo que representa la novela. Es más, muchas personas podrían decir que es una novela demasiado cruda para este público. ¿Qué piensas de esta actitud de sobreprotección infantil cuando por otro lado la sociedad les está bombardeando con violencia gratuita y valores destructivos?

Yo no creo en las etiquetas en literatura. Hoy en día sólo tienen un sentido puramente comercial. Si yo digo que es un libro juvenil es porque gente más joven puede incorporarse a su lectura. Eso no quita que no lo puedan leer los adultos… Y lo que dices de por un lado la sobreprotección y por otro el bombardeo de violencia… Una muestra más de la hipocresía que nos rodea.

-¿Alguna vez te has planteado escribir una novela que toque con más profundidad un tema sobre el que das pinceladas en el cuento "Pasó en África" y en "Na cerna da selva", como es el genocidio ruandés?

De momento, no. Pero nunca se sabe. Ahora estoy con otros proyectos. Yo, como escritor, necesito transitar por mundos diferentes. Me gustan los nuevos retos, escribir sobre  cuestiones diversas.

-Cambiando algo de tema, a un plano más general y no referido a estas dos novelas. Investigando un poco para hacer esta entrevista, he encontrado un video en el que afirmabas que tú no tenías claro que querías ser escritor, ¿en qué momento sientes esa necesidad, esa motivación y por qué?

Yo no quería ser escritor en el sentido que nunca me lo planteé. Ahora mismo, si lo pienso o digo en voz alta que soy escritor, después de más de cuarenta títulos publicados, no es que no me lo acabe de creer, porque lo soy, pero me es indiferente. A mí me gusta más decir que soy un creador de ilusiones. Ya sé que puede sonar un poco pedante, pero es lo que soy. Y para crear estas ilusiones, escribo novelas.  

-También te defines como un lector tardío, ¿a qué te refieres exactamente con lector tardío? ¿crees que hay una época estándar para descubrir el amor por la literatura? Yo creo que no encuentro ninguna falta sustancial en tu modo de escribir, no me parece algo que pueda haber influido de manera importante en tu labor como escritor.

Soy un lector tardío, sí, porque en casa de mis padres había pocos libros. Con los años empecé a leer, pero menos de lo que dicen por ahí que tendría que leer un escritor… Además soy un lector bastante compulsivo e inconstante. Y esto no es contradictorio (ya sé que antes dije que puedo parecer contradictorio). Lo que quiero decir es que a veces leo tres o cuatro libros seguidos en pocos días y hay etapas en las que no leo. 

- Dices "un trabajo intelectual (como es escribir) es una carrera de fondo en la que tienes que medir constantemente tus fuerzas y no precipitarte" y sabes bien de lo que hablas, pues para los lectores que todavía no lo saben, Pere es corredor de marcha atlética profesional, de hecho le llaman "el Murakami gallego". Murakami en su libro "De que hablo cuando hablo de correr", también compara un poco la escritura con el entrenamiento para las maratones que corre, ¿qué te aporta a ti la práctica de este deporte como escritor?

En mi caso, atletismo y escritura se complementan y se refuerzan mutuamente. A pesar de mis años, este mes de noviembre cumplo 47, compito en 1ª División Nacional para el Atlético San Sebastián. Esto me comporta la obligación de entrenar seis días a la semana. Para mí ya se ha convertido en un hábito, como escribir. El dúo perfecto: el esfuerzo físico y el intelectual. En el fondo se trata de una cuestión de equilibrio o, como dicen los chinos, la harmonía del Yin y el Yan.

-En el año 2001, junto con Joan Tort, realizaste una entrevista a José Luis Sampedro, supongo que ha sido una gran experiencia, en ese momento, todavía no habías publicado ninguna novela. ¿Qué te aportó esta entrevista?

Efectivamente, por aquel entonces no había publicado ninguna novela (que no quiere decir que no la escribiese). El día que pasé con Sampedro en Valencia fue maravilloso. Descubrí a la persona. Sus textos me habían enamorado antes de conocerlo y luego él también lo hizo. 

-Hoy en día los escritores tenéis muchas herramientas que hace años eran impensables, gracias a internet. Tenéis la posibilidad de auto publicación, de llegar a los lectores en las redes sociales,... Pero esto también tiene una contrapartida que es la saturación en el mundo literario. ¿Crees que es algo bueno para lectores y escritores o por el contrario crees que perjudica tanto a unos como a otros por este exceso de oferta literaria?

Más que una cuestión de saturación de oferta literaria se podría decir que, como la literatura no es tenida muy en cuenta, cualquier cosa es etiquetada de exceso. A ver, ¿no se juegan muchos partidos de fútbol?. ¿Alguien habla de saturación? Cada vez se televisan más y la gente paga. Lo mismo pasa con los móviles: se cambia de aparato cada dos por tres. Claro está, comprar muchos libros es un exceso… Evidentemente, se publican muchos libros y quizás se tendría que restringir el número, pero prefiero un “exceso” de libros que de otras cosas.

-Te defines más como creador de ilusiones que como escritor, escribir es un medio para ti de creación de estas ilusiones, he tenido el placer de compartir un fin de semana a causa de un taller literario tanto contigo como con tu colega de profesión Fran Zabaleta, y lo que me llamó mucho la atención de vosotros es vuestra forma de ser sencilla, cercana, lejos de cualquier esnobismo, superioridad o artificiosidad que a veces parece que emanan los escritores. ¿Es esto quizá un cliché o preferís alejaros de la idea e imagen de escritor tradicional?

Cada uno es como es, eso es inevitable. Es evidente que cuando una cosa cuesta mucho de conseguir (como es vivir de la literatura) algunos lo toman como si pudiesen enorgullecerse y lo demuestran con unas ínfulas que para mí son innecesarias. El verdadero triunfo tienes que saborearlo en la intimidad. Lo que sí que tienes que hacer públicamente es animar a quien quiera seguir el camino. Decirle que es posible, animarlo, pero sin engaños: advertirlo de que hay mucho trabajo por delante y mucha frustración por digerir.


Termino esta entrevista y la verdad, podría preguntar mil cosas más, pero se haría eterna. Estoy muy contenta y orgullosa con este trabajo porque he podido conocer más de Pere, tanto como persona como escritor y la verdad es que admiro mucho su talento, su esfuerzo, su ilusión, tenacidad y valores. Muchas gracias, Pere, por tu tiempo y por concederme esta interesante entrevista.


1 comentario:

  1. Maravillosa Patri! só teño unha envexa. Eu o outro día tamén lle preguntei varias cousas a Pere, e non as nomeou no seo Facebook. Pregunteille que tal estaba e que hora era.

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